RIO DE JANEIRO, Brasil por Marcelo Pasetti (Enviado especial)
Así como fue emocionante el cierre del acto de inauguración de los Juegos con el ingreso de la antorcha olímpica, también visitantes y residentes tuvieron la posibilidad de “ver de cerca” ese símbolo de los olímpicos. Es que la antorcha fue trasladada por las principales arterias de Río y la gente se volcó masivamente a las calles para vivir ese momento inolvidable. Ya se encuentra en el corazón de Río, frente a la iglesia de la Candelaria, siendo una de las pocas veces en la historia que permanece fuera del estadio durante las pruebas. Allí, en el renovado puerto, podrá ser visitada por todos, tras los 95 días que estuvo viajando por esta ciudad maravillosa llevada por más de 12 mil personas.
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Se los distingue fácilmente en la playa por el mate. Los argentinos no dejan de aprovechar las playas de Copacabana e Ipanema antes de asistir a las pruebas. Se encuentran en buen número, aunque ni siquiera se puede comparar con lo sucedido hace dos años en el Mundial de Fútbol. Sobre la arena se arman rondas de mate, se intercambia información, y se disfruta el sol tan ausente últimamente en la Argentina. Reconocidos por los vendedores ambulantes playeros, verdaderos artistas en seducir, son saludados con un Messi, Maradona o tango? Así pasa con los vendedores de caipiriña, bronceadores, empanadas o camarones, quienes se multiplican en estas horas buscando algunos reales “olímpicos”. “No me vuelvo más, no me vuelvo más”, gritaba Sebastián Molina, oriundo de Curuzú Cuatia, a sus amigos, mientras se tomaba la tercera caipiriña y quedaba herido bajo el sol carioca.
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Miles de personas siguieron las alternativas de la fiesta de apertura a través de las pantallas gigantes instaladas en el llamado Boulevard Olímpico, que transformó y revitalizó el sector del puerto de Río. Allí estuvo LA CAPITAL, viviendo esa fiesta popular en la que convivieron turistas de todo el planeta. Durante los Juegos, se desarrollarán allí numerosos recitales musicales -entre otros tocarán Os Paralamas do Sucesso-, actividades culturales, deportivas y artísticas. Hay tiendas de los patrocinadores de los Juegos, numerosos food trucks para almorzar o cenar y hasta una réplica de la ciudad de Río en escala realizada con los tradiciones Legos. El arte también invade el boulevard con el proyecto Inside Out, ideado por el artista francés JR y el mural pintado especialmente para el evento por el grafitero Eduardo Kobra, que puede entrar al Guinness como el mayor paredón del mundo, con 2.500 metros cuadrados.
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Todo era color y alegría en la noche del viernes en esa zona. La gente se emocionó con el acto, y sobre todo bailó mientras desde la pantalla se mostraban las imágenes de las figuras de la canción brasileña como Caetano Veloso o Gilberto Gil. También fue emocionante ver a los cariocas como cantaban con fervor el himno de Brasil. Cuando llegó el turno del ingreso de la delegación argentina encabezada por el abanderado Luis Scola, se entremezclaron los aplausos con algunos gestos de reprobación. Parte de esa rivalidad que existe entre ambos países, extraña por cierto. Alguna vez lo comentó un colega brasileño y cuesta olvidarlo. “Los brasileños -dijo- aman detestar a Argentina. Y los argentinos idean tener que amar tanto a Brasil”.
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Michel Temer, en declaraciones a la prensa, sostuvo, que en estos poco más de 80 días de gobierno es imperioso y urgente “pacificar y unificar el país” y añadió que el diálogo “es el primer paso para enfrentarnos a los desafíos para avanzar y garantizar el retorno al crecimiento”. A su entender, los Juegos dejan un legado de infraestructura urbana para los gobiernos estatales y federales, con 27 proyectos de movilidad, medio ambiente, renovación urbana, deporte y ciencia, que totalizaron una inversión de 24,6 billones de reales. El presidente interino, asegura la prensa política, está apurado por ser designado definitivamente, ya que quiere participar en la Cumbre de los 5 representando a Brasil pocos días después de culminados los Juegos.
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¿Qué comemos? Son 14 millones las comidas diarias destinadas a atletas, delegaciones y fuerzas de trabajo. “Big Brother controla el área de alimentación”, señaló un artículo del diario O Globo, a propósito de las medidas que se adoptaron para garantizar la alimentación sana y saludable de los atletas. La empresa Sapore, responsable de los restaurantes oficiales de la villa olímpica, adoptó una especia de Big Brother alimentario. Todos los ingredientes que son enviados a la Villa para la elaboración de los diferentes platos, son monitoreados desde su traslado desde el centro de distribución en Duque de Caixas, en la región metropolitana de Río, hasta llegar al lugar donde serán consumidos. El sistema se basa en códigos digitales atribuidos a los alimentos, y enviados inmediatamente a una nube de datos, durante cada etapa del transporte y la preparación. Además, los espacios de almacenamientos son monitoreados por sensores wifi que envían informaciones sobre temperatura y localización en tiempo real. “Si algo sale de la normalidad en la alimentación de los atletas, la idea es identificar inmediatamente y corregir el problema con rapidez”, se indicó. Se ejemplificó señalando que si un atleta sufrió algún tipo de indisposición por haber comido arroz, es posible identificar inmediatamente todo el arroz que tuvo esa misma producción, donde se encontraba y retirarla inmediatamente de la cadena productiva.